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A Mí Me Gusta... - 1
I Like... - 1
Hay dos frases dichas que se pueden oír a veces en la iglesia
estas son; "a mí me gusta..." y "a mí no me gusta..." Está bien tener
una preferencia sobre algo que pertenece al reino de las opiniones
porque Dios nos dio la libertad de hacerlo. La iglesia puede expresar
una opinión de lo que le gusta o no le gusta con respecto a la hora de la
reunión, la duración de la reunión, donde se reúne, el número de
cantos, oraciones, si vamos a reunirse en un edificio, parque, casa, etc.
Cada congregación tiene la libertad de tomar sus propias decisiones de
sabiduría, para cumplir el objetivo de hacer la voluntad de Dios y
tomando en cuenta ciertos principios bíblicos.
Primero, la doctrina de Cristo no depende de lo que me gusta o
no me gusta. El estándar de la doctrina de Cristo no es de nosotros,
sino solamente es la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17, Juan 12:48).
Hay cosas doctrinales que no se pueden cambiar, no cambiarán y
nunca pertenecerán al reino de las opiniones. Por ejemplo: el
mandamiento que la iglesia se reuniera cada primer día de la semana
(Hebreos 10:25, Hechos 20:7, 1 Corintios 16:2) no pertenece a las
opiniones. La doctrina de Cristo nunca será dirigida por las opiniones
de hombre, sin embargo hay hermanos que tratan de hacerlo porque no
estudian muy bien la Palabra de Dios (Hechos 17:23) o simplemente
tienen el deseo de elevar su propia voluntad (3 Juan 9). Un ejemplo:
hay hermanos que dicen que las hermanas pueden hacer la oración
cuando los varones están presentes o porque no es culto de adoración
publico, pero no es así y no pertenece al reino de las opiniones porque
Pablo había escrito "que los hombres (varones) oren en todo
lugar..."(1 Timoteo 2:8). Es un error llamar algo "opinión" cuando no
es así.
Segundo, es un error rechazar la doctrina para tener su
preferencia. Un manera para hacer esto es rechazar al predicador o
maestro que enseña la verdad (Hechos 2:42, 17:11, 2 Timoteo 4:2,
Gálatas 1:6-9) solamente porque no le gusta su estilo de predicar, su
personalidad o porque no es actor que no hace reír mucho, para tener a
alguien enfrente le entretiene, pero que no enseña la doctrina de Dios.
Ellos deben tener mucho cuidado por hacer esto. Si él enseña la verdad
entonces debemos estar muy contentos por esto. Las expresiones "a mí
me gusta" o "a mí no me gusta" siempre deben dirigidas por la Palabra
de Dios y el amor cristiano (1 Corintios 13:1-3).
- Wayne Brewer
There are two phrases that can be heard sometimes in the
church and they are: "I like..." and "I don't like..." It is fine to have a
preference about something that belongs to the realm of opinions
because God gave us the liberty to do so. The church can express an
opinion of what it likes or does not like with respect to the meeting
hour, duration of the worship, where to worship, the number of songs,
prayers, if we are going to meet in a building, park, house, etc. Every
congregation has the liberty to make its own decisions with wisdom, to
complete the objective of doing the will of God and taking into
account certain biblical principles.
First, the doctrine of Christ does not depend upon what I like or
do not like. The standard of the doctrine of Christ is not us, but is only
the Word of God (2 Timothy 3:16-17, John 12:48). There are doctrinal
things that can not be changed, will not change and never will belong
to the realm of opinions. For example: the command that the church is
to meet every first day of the week (Hebrews 10:25, Acts 20:7, 1
Corinthians 16:2) does not pertain to opinions. The doctrine of Christ
never will be directed by the opinions of men, however there are
brethren that try to do so because they do not study the Word of God
(Acts 17:23) or simply have the desire to elevate their own will (3
John 9). An example: there are brethren that say that the sisters can
lead prayer when the men are present because it is not a public
worship service, but it is not so and does not pertain to the realm of
opinions because Paul had written "that the men pray everywhere..." (1
Timothy 2:8). It is an error to call something "opinion" when it is not
so.
Second, it is an error to reject the doctrine in order to have your
preference. One manner to do this is to reject the preacher or teacher
that teaches the truth (Acts 2:42, 17:11, 2 Timothy 4:2, Galatians 1:69) only because one does not like the preacher's style, personality or he
is not an actor that makes one laugh often, but to have someone in
front that entertains, but does not teach the doctrine of God. Those
who do so should be very carful. If one teaches the truth then we
should be very content for that. The expressions "I like" or "I don't
like" should always be directed by the Word of God and Christian love
(1 Corinthians 13:1-3).
- Wayne Brewer